31.5.07

aquella mañana de verano

para Javi Trillo

aquella mañana de verano
un domingo a las 8 con Javi
podríamos haber destruído el mundo
sólo con nuestro abrazo.

durante la noche nos habíamos bebido todo,
nos habíamos fumado todo
y la cena había sido generosa,
como el alma de mis amigos,
una parrillada excelente en su azotea
que un flaco alcohólico como yo
no supo degustar como sería capaz de hacerlo ahora.

allí, sentados a la mesa,
firmamos nuestro pacto de lealtad eterna
sobre los restos de la comida,
mil vasos vacíos,
ceniza sobre las sobras.

al salir a la calle
de vuelta a mi casa
no había nadie
-ni coches ni ruidos-
más que el canto de los pájaros del verano
y pensé entonces
que estaba tocado por los dioses
y que la brisa me impregnaría
de historias
y palabras
y amistad
y mi mano sería
el rayo que no cesa
hasta conseguir esa sonrisa irónica
de un borracho contra el cristal
de la puerta de su casa.

la sonrisa de los vencedores.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Y así fue, ¿verdad? La brisa te impregnó. Sí, estoy segura. Un beso

Anónimo dijo...

Valió la pena, a pesar del precio que tuvimos que pagar por decidir nuestro camino... hoy desde la nostalgia, recuerdos, imagenes, risas, llantos y demás, nos vuelven a juntar en ese abrazo... Y a ver si de una puta vez se dan cuenta de que les ganamos...

Una sonrisa con guiño de tu escudero en la distancia y el tiempo...

Anónimo dijo...

tiene el mejor toque hispanoargentino que has conseguido hasta la fecha (conste que el mestizaje no lo hace peor sino diferente)

gloria dijo...

sonrío...