14.3.11

Abandonado

Este es a partir de hoy un blog abandonado, como tantos otros y tantas palabras que vuelan por el ciberespacio. Os propongo un nuevo lugar de encuentro: http://encasademienemigo.blogspot.com/


Imagen extraída del blog http://abandonalia.blogspot.com/, uno de los más bellos que conozco :)

7.6.10

penitencia en fa menor

volverás al tren
sin acompañante
mirarás el vagón vacío
algún niño sonreirá en tus sueños
y los postes eléctricos serán notas del pentagrama.
al llegar a casa cuidarás la luna
cepillarás tu muñeca
taparás una lágrima.

yo mientras habré tenido 3 ataques telefónicos
superados sin orgullo
remordimientos inevitables
superados sin conciencia.

tardaré más de cien días
en pedirte disculpas.

ya será tarde.
pero aquí me tienes,
hecho poema.

16.4.10

AQUELLA CENA


es la mezcla de pájaros hablando con ruedas al fondo lo que me está acercando a la locura.


si hubiera aprendido antes la tabla del 7, seguro que no estaría ahora huyendo de tu pobreza. no es una cuestión de escamas litográficas, más bien de aire nuevo en tu pecho. no te ofendas, pero vuelas demasiado alto para una cena de sábado noche. vuelve entonces cuando quieras, pero no esperes encontrar mi casa roja en condiciones. el oxígeno va consumiendo cada pedazo de carne; es su ley, no mi elección.


así llega esta hora de la tarde donde aniquilan a los corderos. un charco de sangre, tu cabeza en la mano y empiezas a llorar.


todo recuerdo sirve para ser manipulado.



15.4.10

SR. CHINARRO



suave olor de ropa tendida

escaleras a ninguna parte

inertes gotas en la taza

sol en la ventana del invierno

una playa y caracolas en mi mente

la ducha suspende los mensajes

tijeras recortan danzarinas lo viejo

no hacen falta grandes planes

responde al tiempo la sonrisa




11.2.10

TALLER CON NIALL BINNS

EJERCICIO 1

la rana contempla simpática
un charco negro de tortugas.
florece la tundra con el horizonte
y los indios pintan su piel oscura.
es el momento de la osamenta,
la resurrección de los galgos inocentes,
el día en que Charles cambió el rumbo.

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EJERCICIO 2

cisne se difumina en la bruma.
enchufe penetra en clavija.
máscara afgana guiña un ojo.
dientes gastados adornan banquero.
rana peluda deforma sus huesos.
nave espacial invade el Mojave.
nada como la carroña aún caliente
colgando de mi pico.


3.2.10

ELEGÍA DIDÁCTICA – Lêdo Ivo

Traducción de Guadalupe Grande y J. C. Mestre (La aldea de sal, Calambur, 2009)


Piensa en las muchachas muertas que entregaron a la tierra un secreto ardientemente codiciado por los hombres,
y en los colegiales que aman con la mayor pureza a las jóvenes vecinas que los enamorados llevan a los sitios más oscuros de la ciudad.
Piensa en los niños que jamás se bañaron en el mar, y sueñan siempre que se ahogan,
en las prostitutas pobres que, cuando sus hombres se han ido,
corren hacia el fondo de los patios y se entregan casi desnudas a lo inefable.
Piensa en todos los que se fueron, guiados por las estrellas,
y en los que murieron lejos de las familias que los detestaban.
Piensa en los que se entregaron a la muerte convencidos de que ninguna lágrima
resplandecería en la fulgurante unidad de los rostros amados.
Piensa en los que jamás oyeron una declaración de amor,
y en los pobres que no conocieron los devastadores placeres de las posesiones tardías.
Piensa en la lluvia, cayendo sobre los huertos hipotecados,
y en los frutos de las alquerías acariciados por la euforia del sol del verano.
Piensa en los caminos intransitables, cerrados a la promesa de los viajes
y en las personas que van a morir escuchando los vientos.
Inclínate ante el recuerdo de los lejanos amigos de tu adolescencia.
Acoge en el fondo de tu memoria las voces que silenciosamente aguardaban en tu corazón
durante los años en que no te asaltó la certeza de estar cantando.
Acepta el movimiento de cólera de las palabras que se resisten a tu ardiente llamamiento
y abre tus ojos a un domingo
que reúna la esperanza de todos los días.

Piensa en las hogueras de tu niñez que vuelven a arder cada año en tu memoria
y en aquellos que no regresaron y murieron misteriosamente cuando se disponían a retornar.
Piensa en los que van a nacer, inclinados hacia el fin de tu noche,
y en los hombres que soñaron poseer la serenidad matinal de los árboles
y pasaron largas tardes caminando junto al océano.
Piensa en los cielos que se abren diariamente a los aviones
y en las mujeres extranjeras que viste cierta noche y a veces aparecen en tus sueños.
Piensa en los adolescentes incomprendidos por los padres
que aguardan inútilmente que una mujer los llame,
y en los libros jamás hojeados, y en las lámparas no encendidas.
Piensa en las ventanas de interior, cuyo mayor deseo es abrirse ante el mar,
y en la mirada de los niños abandonados al amanecer en el torno de los hospicios.
Piensa en las parturientas muertas sobre las mesas de los hospitales,
lejos de los maridos que no las amaban y desearon en secreto su desaparición.
Piensa en los canes repelentes conducidos a las perreras
y en los artistas populares, violentamente transfigurados por la inspiración
de una samba que millones de bocas cantarán durante el carnaval.
Después piensa en los versos que aparecen en tus sueños
y que van a reunirse con las nubes tan pronto despunta la aurora.
Piensa en las lavanderas, cantando al sol de los oteros,
y en los cuadros de los museos no visitados jamás.
Piensa en las bocas que nunca conocieron la voluptuosidad salvaje de otras bocas
y fueron envejeciendo como frutos intactos.
Piensa en los corazones que en cierto momento se sintieron atravesados por la luz del cielo
y pasaron el resto de sus días en la irreparable oscuridad.
Piensa en los desaparecidos, cuyos conmovedores retratos aparecen en la última edición de los vespertinos
y en los suicidas que no dejaron cartas por falta de papel y lápiz.
Piensa en las ciudades que amanecen sombrías ante la mirada de los viajeros sedientos de claridad,
y en las calles por donde nadie pasa durante la madrugada.
Piensa en los túneles, oscuros caminos abiertos hacia el Otro Lado,
y en las escaleras que nunca llevaron a nadie hacia la gloria y el dominio.
Piensa en las repugnantes camas de las pensiones dudosas,
y en los ancianos que esperan siempre ese sueño llamado muerte.
Piensa en los relojes que no marcan el día resplandeciente,
y en las alimañas muertas de sed, abandonadas en lo oscuro por la propia naturaleza.
Piensa en los niños que no conocen los esquivos regalos del final de diciembre,
y en los objetos olvidados en la arena de las playas durante las excursiones.
Piensa en los personajes de novela que siguieron el incierto destino de sus creadores,
y en las lunas cuyo brillo desmorona la serenidad de los adolescentes.
Piensa en las puertas que nunca se abrieron para recibir a un huésped,
y en los riachuelos sucios que desearían ser el abrigo azul de los veleros y de los yates.
Piensa en las manos que siempre rechazaron limosnas,
y en las jovencitas que los enamorados pervierten sin ninguna piedad.
Después piensa en la hiedra que se abraza con su sofocante caricia a las casas antiguas,
y en los niños de los tiempos pasados que nada sabían del Mañana.
Piensa en las grandes mareas que esperan entre las rocas el grito mudo de las madrugadas,
y en los ojos de los ciegos que sorben el agua clara de la música de los organillos.
Piensa en los muertos, sobre todo en los soldados desconocidos que se quedaron en cementerios ilocalizables,
y piensa en los vivos que ignoran los cementerios donde reposarán un día.

Oh, piensa en todo, en los horizontes tranquilos de tus días de entonces, en el escalofrío que te recorre al caer la noche en latitudes extranjeras.
Piensa en tu infancia transformada en fábula, vientos y frutales estallando al sol
y en los senos de las mujeres que fueron envejeciendo sin darse cuenta,
y piensa también en las formas de esas mujeres, destruidas implacablemente sin que tu mirada las solicite.
Piensa en tus padres, que confiaron en ti cuando eras sólo silencio
y jamás te imaginaron entregado al vuelo de un verso.
Piensa en tus hermanos, en tu casa los domingos,
y en el patio de los colegios donde despertaste hacia los deseos irrealizables.
Piensa en cuántas veces paseaste tu soledad por los campos
y miraste hacia atrás con la esperanza de que una mujer te siguiese.
Piensa en las muchachas inaccesibles de tu antigua calle,
y en los gritos que oíste llegar desde gargantas desconocidas,
y en las voces que eran claras aun cuando había tormenta.

Piensa en todo y en todos, sin temer que te asalte el miedo que proviene de la vastedad del pasado.
Piensa en todo y en todos, y cuando los recuerdos se hayan ido
volando como los pájaros y las hojas, la arena y las voces,
lleno de confianza en la vida y el mundo,
sintiéndote unido a todos los hombres y a todas las cosas,
inclínate sobre el cuerpo de la mujer que amas
o despierta a la alegría triunfal de un solo verso.


(Nunca había llorado con un poema hasta ayer. Merece la pena.)

6.12.09

Ch. B.

Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearán clubs sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se hará una película de mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento del que tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La especie humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia.

Charles Bukowski

10.11.09

Y ella le dijo:




Te conozco, sé que estás sola.

Creo que necesitas alguien que te quiera.

Bueno, yo te quiero.

Así que, sé valiente y quiéreme.

3.9.09

El estilita

Mi querida poeta y amiga Gloria Marvi me regala este poema. Todo un privilegio y un honor que me lo haya dedicado, es la primera vez que me ocurre esto y no sé qué decir. GRACIAS!!!





Meditación sobre una hoja de roble - André Masson

A Agustín Sánchez Antequera

Me he perdido tras la evocación de un recuerdo,
allí donde el árbol no concede el consuelo de la hoja ni el tesón de sus raíces,
donde el unicornio da su último salto de embestida contra los cimientos de la luz,
me he perdido en un lugar donde el calor no es más que la aproximación
de la esperanza de un náufrago encharcada bajo la impasibilidad del horizonte.

Es la desolación ante la tibieza de un viejo mueble custodiando mis secretos,
se trata del insulto de este abrigo inerte, tejido con la lana
del traidor que aún retiene el gusto por la falacia en su idioma.

Aquí puso su último pie de invasión el conquistador del pensamiento,
aquí un soplo de viento te hurga en las marcas que dejaron las miradas del mendigo,
es aquí donde una simple nube descuartiza los reflejos de la luna
justo antes de aliviar la desesperación de unos aullidos de loba.

Camino con el dedo índice desgastado de indicios, con la boca saciada de cal muerta,
con el paso rendido a la imitación de un torpe gesticulador.
Observo con la vergüenza del hijo pródigo ante su antigua cama
cómo la ira se desnuda de placebos de menta
y el miedo queda tatuado en la sien del repudiado.

Se ha despertado la codicia del rey que prevé su fin,
el sol hará cenizas de los restos y ya se huele la sal de las lágrimas arrojadas,
no habrá amigo que consuele ni cruz que no se clave,
cada alga se estremece con el cuerpo del siguiente ahogado.

Si no le ha dado el cielo la honra al desdichado,
qué puedo esperar yo de este riel con rumbo al olvido,
qué, salvo la triste visión de una estalactica de podredumbre
desde el mirador que horroriza al corazón del hombre.

Un rayo anuncia que no hay final para la catástrofe que trajo la autocracia,
todos visten de pomposa felpa su sed de triunfo, mientras se gangrena
la extremidad ignorada tras la mutilación de una última entelequia.

Me he perdido en medio de esta insolación de desconcierto,
el parecer de un poeta recibe el clavo mortal en la pared del silencio,
un coito final entre belleza y nostalgia, un adiós definitivo a la rebeldía,
el dios que vi al llegar ha escapado por temor a la hoguera,
y ni una sola mujer claudica por no perder la libertad prometida tras la tumba.


30.8.09

Kafka

Unas palabras que me regala una amiga. Son de Kafka, ambos compartimos nuestra admiración por él. Y describe muy bien lo que llevo haciendo muchos años. No escribir. O hacerlo de otra forma. 




No hay necesidad de que salgas de casa. Quédate en la mesa y escucha. Ni siquiera escuches, sólo espera. Ni siquiera esperes, quédate completamente callado y solo. El mundo se te aparecerá para que lo desenmascares; no puede hacer otra cosa; en éxtasis, se retorcerá ante ti.