9.1.07

don Santiago


acabo de ver en televisión una entrevista, curiosamente, de dos personajes públicos a quienes he tenido la suerte de conocer, conversar con ellos, estrechar su mano. Santiago Carrillo y Fernando Sánchez Dragó. mi admirado Carrillo, como decía mi amigo Javi. admirado no tanto por su actividad política como por su palabra, su pensamiento, su adaptación. 91 años, que serán 92 en el día 18, le contemplan. y lo que me sigue llamando más la atención cada vez que habla es su honestidad. como todo ser humano, ha cometido errores a lo largo de su vida. como todos. pero curiosamente, al contrario que otras personas de su generación, ganadores de la guerra incivil, es capaz de reconocer dichos errores en público. esa valentía es la que le diferencia del resto.

siempre sostiene en sus entrevistas que él pensaba en su juventud que el mundo había que transformarlo, por necesidad de millones de seres humanos, por inercia, porque no podía ser de otra forma. y con ingenuidad pensaba que él vería con sus propios ojos ese cambio hacia un mundo socialista, más justo, más equilibrado, más amable. pero el hombre sueña y la realidad dispone. los cambios no han dado los frutos que él soñó. lo cual no impide seguir soñando, porque esto hay que transformarlo, como diría don Santiago.

cuando volvió de su exilio, el tiempo había hecho su trabajo. se temía una respuesta vengativa, por el exilio, por las cárceles, por los muertos, por la represión. pero vino con otras aspiraciones, mucho más humildes. democracia, eurocomunismo, concordia. el mundo había evolucionado desde los totalitarismos de los años 30. y hasta el propio Juan Carlos I supo reconocer su aportación al clima democrático del país en su cena de 90 cumpleaños, justo la noche en que se retiró la estatua de Franco de los Nuevos Ministerios en Madrid. un guiño a la historia que se había hecho esperar demasiados años.

me quedo con esa lección de vida, con esa adaptación a los tiempos de un hombre luchador y valiente, imperfecto y honesto. quizá lo único que podemos esperar todos de la vida es que nada va a ser jamás como lo hemos soñado. pero repito: eso no impide seguir soñando.


y de la altura de nuestros sueños obtendremos una realidad más digna (o más sucia).

2 comentarios:

Noa- dijo...

Siempre me ha parecido un gran señor.

Saludos

இலை Bohemia இலை dijo...

Gracias por aparecer en mi playa, vine a devolverte la visita y conocer tu blog...

sigo leyendo....